Entre la piel de un hombre y de una mujer, existen algunas diferencias estructurales, que hacen la piel de los hombres más resistente al envejecimiento.
La principal diferencia es la mayor de colágeno acumulado en la epidermis masculina, lo que hace retrasar los efectos del envejecimiento que provoca la disminución del colágeno en la piel. La aparición de arrugas suele ser más tardía que en las mujeres, si bien cuando estas aparecen, suelen ser más profundas.
El afeitado frecuente suele provocar una exfoliación de la piel, lo que le confiere un aspecto más suave y terso.
La piel masculina contiene una mayor cantidad de glándulas sebáceas. Las mujeres, con la llegada de la menopausia sufren una bajada de hormonas masculinas que estimulan las glándulas sebáceas, reduciendo la producción de grasa. Este hecho no ocurre en los hombres, por lo que mantienen un elevado nivel de hormonas masculinas hasta avanzada edad.
Tienen una mayor cantidad de vello facial, ocultando zonas donde la edad se hace evidente, como las arrugas del labio superior.
Sin embargo, la piel del hombre tiene más cantidad de poros y glándulas sudoríparas, por lo que su piel suele estar más expuesta a la deshidratación.
Las fórmulas cosméticas ara la piel del hombre, pueden contener los mismos principios activos que para las mujeres, si bien en su formulación los excipientes suelen estar adaptados a las características de la piel masculina.
Una falta de hidratación adecuada y de cuidados cosméticos, el estrés, la falta de sueño, o exponerse al sol sin protección, puede provocar el aspecto de piel fatigada y apagada, así como la falta de elasticidad en la piel acelerando los síntomas del envejecimiento.
Nuestra recomendación para mantener una piel saludable y joven es una alimentación adecuada, hidratación interna, cosmética hidratante, protección solar, dormir adecuadamente y llevar una vida saludable.