Llega el momento de volver de las vacaciones e incorporarse a la rutina. Las vacaciones son reparadoras para la mente, pero no para la piel, a la que hemos sometido a muchas horas de sol, cremas solares, y descuidos en las rutinas de higiene. Las consecuencias más visibles suelen ser un desequilibrio que se manifiesta visiblemente de diferentes formas: manchas faciales, exceso de grasa, pérdida de luminosidad.
Además, el factor solar es responsable hasta de un 80% del envejecimiento cutáneo, que da lugar a 3 problemas derivados: Las manchas faciales, la elastosis solar o pérdida de firmeza en la piel, y las arrugas asociadas al proceso oxidativo.
El daño solar actúa en la piel a nivel de epidermis enlenteciendo el metabolismo celular y provocando la aparición de manchas. A nivel dérmico disminuye las fibras de colágeno y elastina provocando la pérdida de densidad y elasticidad, y la aparición de arrugas.
Las primeras medidas que se deben tomar deben ir encaminadas a recuperar el equilibrio de la piel y reparar el fotodaño.
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Higiene facial: Limpiar y equilibrar
La higiene facial realiza una limpieza profunda de la piel, liberándola de impurezas y permitiendo que los activos aplicados posteriormente se absorban mejor. Se emplean activos que estimulan la regeneración de la piel
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Combatir el fotodaño
Los peelings reparadores reducen el estrés oxidativo de la piel mediante un coctel de antioxidantes y otros compuestos que ayudan a combatir e fotoenvejecimiento de la piel, pueden hacerse en épocas de verano pero con precaución, nunca debe de prescindirse del protector solar
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Hidratación profunda: Restablecer el equilibrio hídrico
La hidratación profunda con ácido hialurónico no reticulado, que hidrata sin dar volumen, proporciona jugosidad y elasticidad a la piel, favorece el sistema inmunitario, estimula la formación de colágeno y combate la flacidez.
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Nutrirla adecuadamente
La cosmética clínica trabaja con principios activos en alta concentración, los cosmecéuticos combinan principios activos y capacidad regeneradora añadiendo un plus al cosmético habitual. Los tratamientos domiciliarios son los “deberes de casa” que prolongan y potencian el efecto de cualquier tratamiento de cabina o médico-estético.